Me sentía mal. Uno de esos dias en los que no quieres estar en la vida. Mi Guardián del Faro se dió cuenta a la tercera palabra mía. Y me habló como solo él sabe, como solo él siente, como solo él intuye... Dame tus manos y deja que te lleve de vuelo que tengo una calesa de nubes sin caballos y nos espera al borde de tu terraza para alejarnos de las ventanas estas imperturbables.
Hoy seras mi invitada en nuestra terraza de los sueños. Te alcanzare mi brazo y tu apoyada en él subirás a nuestra calesa y nos sentaremos sonrientes y partiremos alto, muy alto lejos del mundanal ruido cotidiano pero algo más cerca de la vida y más cerca del cielo.
Piensa en las nubes suaves que nos sustentan, son mullidas y acogedoras. Nuestras nubes nos rodean por todas partes y miramos al infinito con las mejillas juntas. Suspiraremos sin decir nada, solo con los pensamientos infinitos, en un torrente de ideas fluidas. Reinventaremos nuestras ventanas y haremos de nuestros sueños una casa acogedora...
Siguió hablándome, trayéndome de vuelta a la vida...
Y solo pude pensar, que no decirle...
Eres... Como el agua de la lluvia que humedece la tierra y llega hasta el árbol, florece y da fruto.
Como esa Luna que asoma tímida cada noche a nuestra ventana. Gracias por este cielo entregado, que no merezco por mi pasado, por mis caídas!!!!. Y esta noche brindo por que el recuerdo que duele, no se recuerde... pero aquel que nos llenó los ojos de lágrimas de felicidad, ese... ese quede y que sea el hada mágica que vuele por nuestra alcoba toda la noche.....
Más años quiero en mi vida, para disfrutar de tus encantos, que quiero consumir, y que consumas en mi, y cuando me llegue la muerte, respirar el último aliento de tu boca, y en el más allá seguir, y seguir....
amándote!!!
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