sábado, 31 de octubre de 2009

Milagro diario


Algunas horas después, ella lo veía dormido y recordó justo los veinte minutos antes de que él se durmiese:
Sin hablar de nada, sólo sintiéndose, mirándose, besándose, abrazándose, después de haber hecho el amor con los cinco sentidos. Con los ojos cerrados, rozándose suave y firmemente, despacio, despacio, aunque a ella se le escapase una sola lágrima pero de puro sentimiento y emoción. Se habían amado con pasión, sin miedos, sin tener nada en cuenta, sólo los cuerpos y los recuerdos de las sensaciones vividas por esos cuerpos. Ahora ambos sentían más, hasta el punto que les dolía sentir tanto. Susurrarse al oído, sentir la respiración, escalofríos que los recorrían y poco a poco, terminar y empezar de nuevo. A ella le pareció el milagro más especial de la vida que él sintiera por ella lo mismo.
..
Él se volvió en la cama buscándola con una mano, y sólo con el roce de su cara y su olor, volvía a ponerse en marcha el mecanismo del sentimiento que a ambos les unía, cómo si el tiempo se hubiese detenido en aquella estancia, cómo si no hubiese ocurrido lo mismo durante toda la noche.
Notar su piel calentita, suave, firme. No importaba que al principio todo fuese tenso, raro, pero sólo con una mirada de él a sus ojos, la tranquilizó. Después, lágrimas, aliento, caricias, su boca y al final la explosión del amor que para ellos sería eterno.
Cómo dijo "X" : "Sólo una vez en la vida se da esta clase de amor, y no en todas las vidas".

Ellos habían recorrido un largo camino hasta encontrarse, pero al final tuvieron su recompensa.

No hay comentarios: